sábado, 16 de octubre de 2010

Pelotaris miticos bizkainos

Pelotaris míticos de Bizkaia.
Estudiante. Cantabria. Zapaterito de Lekeitio. Begoñes.
Gernika con Mateo Sainz de la Maza y Kirru.

Durante el primer cuarto del siglo XX, los verdaderos héroes del deporte en Bizkaia levantaban pasiones y animaban apuestas de cientos de duros
La afición de los bizkaínos por el juego de la pelota es incuestionable. No ha habido anteiglesia, no existe pueblo que se precie sin un frontón. Incluso Bilbao se rindió al que hace un siglo, sin duda alguna, era el deporte de las pasiones y de las masas, con sus estrellas indiscutibles, sus héroes y sus canallas. La villa contó, desde muy pronto, con recintos míticos como el de San Francisco, el Salón Olimpia o el Iparralde. Este último llegó a albergar campeonatos de aficionados que gozaron de gran renombre. Pero, sin duda alguna, el frontón que congregó a los mejores pelotaris del momento, el lugar en el que se pudo disfrutar de veladas de gloria inolvidables fue el Euskalduna, la catedral de la pelota. Construido en 1894 según proyecto del arquitecto Alfredo Acebal, estuvo instalado entre las calles Bertendona, Alameda de Urquijo y Hurtado de Amézaga. Fue tanta su importancia que sus cuatro paredes dieron para mucho más que citas deportivas. Allí resonaron las voces de la política y de la historia, personificadas en figuras como Facundo Perezagua, Indalecio Prieto, José Antonio Aguirre...

Cuentan los entendidos que la primera estrella vizcaína del frontón fue un pelotari conocido con el sobrenombre de 'Estudiante'. Era de Markina y destacaba, sobre todo, por su seguridad y fortaleza para mantener al contrincante al fondo de la cancha. Era como si le atemorizase con sus impresionantes boleas. Aunque, muy posiblemente, a juzgar por las afirmaciones de cronistas expertos, haya que considerar como el primer campeón manista de la provincia a Bernardo Gárate, 'Cantabria'. Nacido en Ermua en 1883, perdió la utilidad de su brazo izquierdo a consecuencia de una caída. Sin embargo, esto no fue óbice para que continuara la práctica de la pelota. Todo lo contrario. «Poseía una resistencia de titán y un temperamento combativo», se afirma en 'Los últimos cien años de la pelota vizcaína'. Tenía el atrevimiento necesario para no acobardarse ante nada. Incluso alternaba saques largos y cruzados con otros cortos, pero igual de efectivos. Sus dejadas eran increíbles. Los aficionados afirmaban que, pese a su aspecto grandote, desgarbado y torpón, su habilidad era fabulosa. Es más, llegó a crear una técnica propia conocida como el 'besagaiñ' y la dejada de derecha 'a la punta', mortal de necesidad para sus contrarios. «Otra virtud que adornaba a Cantabria -recuerda Eguia- fue su fuerza para sprintar en busca de las dejadas de sus adversarios, a pesar de su poco garbosa y espectacular facha». No contento con eso, 'Cantabria' también se animó a jugar a pala. De hecho, se hicieron famosos sus desafíos con Juanito Guisasola, 'Begoñés I'. Fue el campeón indiscutible de pelota a mano hasta 1912, año en el que cayó -por 25 a 11- ante el poderío de Valentín Castellanos Ziarreta, conocido como 'Zapaterito de Lekeitio'. Tras la derrota, Bernardo Gárate se retiró de los frontones para siempre.



El precursor de los Begoñes.
Juan Guisasola.
Pelotari palista, nacido en Bilbao el 5-7-1890. Al igual que sus hermanos Miguel, Rafael e Higinio, fue instruido en el juego, en el frontón de Zabalbide, por su padre Antón y por su abuelo Gabriel Mata. Los Begoñeses fueron los primeros palistas propia y exclusivamente dedicados como profesionales a esta actividad. Juanito debuta a los quince años en el Euskalduna con Goicoechea, contra Menchaca y Altube. Demuestra en el juego mucha muñeca (como todos los Begoñeses), un gran dominio de pala y un nuevo sentido del juego. Siguiendo las inspiraciones y el sentido artístico de su padre, descubrió cosas tan lejos de la creencia y de la técnica primitiva, como la colocación del tiro de pelota, la utilización a todo juego del "sotamano", cuya busca era fundamental, contradiciendo el concepto que de esta jugada se tenía, relegándola a pura y apurada defensa. Concibió la posibilidad de devolver rebotes, cosa hasta entonces tenida fuera de posibilidad. Se fijó también en detalles inadvertidos hasta entonces: la valoración especifica de la pelota, la disposición del mismo instrumento, modificando y estilizando la forma de las primeras palas y compensando su distribución de pesos. Juanito jugaba también a remonte en el Jai Alai de San Sebastián. A los quince días de debutar riñó su primer encuentro individual contra Abadiano mayor, y más tarde contra Txikito de Abando y Cantabria (contra este último conquistó el campeonato). En Logroño jugó a pala un mano a mano contra Pequeño de Elgóibar. A remonte también jugó un desafío contra Errezábal. Ganó en el Euskalduna y perdió en San Sebastián. Fue el primero que instauró esta especialidad en el Euskalduna, en un partido que jugó con Pasieguito contra Tacolo y Mardura. Sus mejores tiempos fueron los años 1908 a 1912. Cuando vinieron a la cancha sus hermanos Miguel y Rafael, constituyeron multitud de veces parejas imbatibles, incluso contra tríos.

Como un bailarín
'Zapaterito de Lekeitio' nació en 1889. A los 17 años debutó en Markina y, cinco más tarde, ya era campeón. Al contrario que 'Cantabria', Valentín Castellanos destacaba por su agilidad con las piernas, su cintura y, sin que sirva de odiosa comparación, su facilidad para manejar ambas manos. Era tan elegante en el juego que, ante él, no se sabía qué era lo preferible, si la belleza de sus movimientos o la eficacia contundente de su juego. Tres fueron los momentos clave de su trayectoria, que se resumen en las victorias obtenidas en solitario ante las parejas formadas por Rana de Murillo y Faustino Galileo, riojanos; Modesto Larrañaga y Urcelay padre,  Mallabia I y Baltasar. Esta última se logró en 1912 y tuvo lugar en el frontón municipal de Elgoibar. El tanteo fue de los que hacen historia: 22 a 11 para el de Lekeitio. Ese mismo año le quitó el título a 'Cantabria' y se convirtió en el campeón indiscutible. Tanta elegancia desplegaba Valentín Castellanos en la cancha que, según Eguia, parte de sus movimientos podían muy bien asemejarse a figuras de ballet. No en vano afirmaba que «Zapaterito fue el pelotari más elegante de su época. De ahí que algunos le hayan denominado el 'Petronio de la Pelota'». Su carrera terminó en 1918. Ese año, sin jugar, cedió el título al guipuzcoano Juan Bautista Azkárate, 'Mondragonés', al que, por cierto, ya había derrotado en 1913 con un contundente 22 a 3.
Una de las figuras más importantes para la historia de la pelota en Bizkaia fue Mateo Sainz de la Maza. Nacido en Cantabria, llegó a Gernika en 1922 y desarrolló una labor de entrega total al deporte del frontón. Se convirtió en el auténtico iniciador de lo que, más tarde, se daría a conocer como 'escuela guerniquesa'. Fue el intendente del frontón de la villa foral de 1923 a 1936. En aquella cancha, gracias a su hábil gestión y a una política salarial justa y razonable, llegaron a jugar los mejores pelotaris del momento. 'Mondragonés' -era el que más ganaba, pues llegó a cobrar «treinta y dos duros los días de labor y treinta y cinco los días de fiesta»-, los hermanos Echave, Ulacia, Altuna, Zabala, Chapasta... hasta el mítico 'Atano III'. A este soberbio jugador le llegó a pagar «cinco mil y pico pesetas, una tercera parte de lo que el campeonísimo llegaría a cobrar en Francia». Por desgracia, aquel equilibrio salarial se vino abajo a raíz del campeonato organizado por el Excelsior. Se dispararon los sueldos y, claro, los pelotaris se fueron adonde ofrecían más duros.

Otra figura indiscutible del frontón en aquel primer cuarto del siglo XX fue Pablo Elguezabal,
'Kirru'.
Nació en Cuba en 1908, aunque llegó a Gernika con 5 años. De hecho, él se consideraba guerniqués de pura cepa. A los 15 debutó como profesional y tres años después ya jugaba con los más grandes. Tenía una planta increíble. Anchas espaldas y una presencia casi de película. Su principal habilidad en la cancha era el saque, fuerte y potente. Una de sus mayores gestas fue ganar, en solitario y en el frontón de Bilbao, a los hermanos Echaniz por un ajustado 22 a 20. Auténtico partido de infarto.
(Deia).
Agregado a La Pelota en Bizkaia

No hay comentarios: