sábado, 16 de octubre de 2010

Zapaterito de Lekeitio

Como un bailarín.
'Zapaterito de Lekeitio' nació en 1889. A los 17 años debutó en Markina y, cinco más tarde, ya era campeón. Al contrario que 'Cantabria', Valentín Castellanos destacaba por su agilidad con las piernas, su cintura y, sin que sirva de odiosa comparación, su facilidad para manejar ambas manos. Era tan elegante en el juego que, ante él, no se sabía qué era lo preferible, si la belleza de sus movimientos o la eficacia contundente de su juego. Tres fueron los momentos clave de su trayectoria, que se resumen en las victorias obtenidas en solitario ante las parejas formadas por Rana de Murillo y Faustino Galileo, riojanos; Modesto Larrañaga y Urcelay padre,  Mallabia I y Baltasar. Esta última se logró en 1912 y tuvo lugar en el frontón municipal de Elgoibar. El tanteo fue de los que hacen historia: 22 a 11 para el de Lekeitio. Ese mismo año le quitó el título a 'Cantabria' y se convirtió en el campeón indiscutible. Tanta elegancia desplegaba Valentín Castellanos en la cancha que, según Eguia, parte de sus movimientos podían muy bien asemejarse a figuras de ballet. No en vano afirmaba que «Zapaterito fue el pelotari más elegante de su época. De ahí que algunos le hayan denominado el 'Petronio de la Pelota'». Su carrera terminó en 1918. Ese año, sin jugar, cedió el título al guipuzcoano Juan Bautista Azkarate, 'Mondragonés', al que, por cierto, ya había derrotado en 1913 con un contundente 22 a 3.
Una de las figuras más importantes para la historia de la pelota en Bizkaia fue Mateo Sainz de la Maza. Nacido en Cantabria, llegó a Gernika en 1922 y desarrolló una labor de entrega total al deporte del frontón. Se convirtió en el auténtico iniciador de lo que, más tarde, se daría a conocer como 'escuela guerniquesa'. Fue el intendente del frontón de la villa foral de 1923 a 1936. En aquella cancha, gracias a su hábil gestión y a una política salarial justa y razonable, llegaron a jugar los mejores pelotaris del momento. 'Mondragonés' -era el que más ganaba, pues llegó a cobrar «treinta y dos duros los días de labor y treinta y cinco los días de fiesta»-, los hermanos Echave, Ulacia, Altuna, Zabala, Chapasta... hasta el mítico 'Atano III'. A este soberbio jugador le llegó a pagar «cinco mil y pico pesetas, una tercera parte de lo que el campeonísimo llegaría a cobrar en Francia». Por desgracia, aquel equilibrio salarial se vino abajo a raíz del campeonato organizado por el Excelsior. Se dispararon los sueldos y, claro, los pelotaris se fueron adonde ofrecían más duros.

Otra figura indiscutible del frontón en aquel primer cuarto del siglo XX fue Pablo Elguezabal,
'Kirru'.
Nació en Cuba en 1908, aunque llegó a Gernika con 5 años. De hecho, él se consideraba guerniqués de pura cepa. A los 15 debutó como profesional y tres años después ya jugaba con los más grandes. Tenía una planta increíble. Anchas espaldas y una presencia casi de película. Su principal habilidad en la cancha era el saque, fuerte y potente. Una de sus mayores gestas fue ganar, en solitario y en el frontón de Bilbao, a los hermanos Echaniz por un ajustado 22 a 20. Auténtico partido de infarto.

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